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resident evil chronicles

Capítulo 5 Interrogatorio

Leon estaba algo nervioso. Le habían metido a una sala de interrogatorios, como a un auténtico criminal. Eso ya era suficiente para inquietarle, pero lo que había oído con respecto a quien le interrogaría... Por lo visto el tío era, por decirlo de algún modo, una versión mejorada de Irons.

Con pretensiones políticas mucho más ambiciosas, también tenía una relación algo... "especial" con la hija del alcalde, solo que ahora se trataba del mismísimo alcalde de Nueva York. Leon había estado investigándolo por su cuenta, y el tipo tenía un historial intachable. Llevaba 26 años de servicio en el Departamento de Seguridad Nacional, y por lo que contaban, se mostraba implacable con los criminales, aunque también con sus subordinados. Tenía fama de irascible, y la gente solía evitarlo si podía. Aunque nadie había sido capaz de hablar realmente mal de él delante de Leon, era como si todo el mundo le tuviera mucho respeto, casi rayando el temor...

"Por lo que parece, el señor Gudrose tiene bien cubiertas las espaldas. No me extraña que mi superior directo tampoco se atreviera a revelarme totalmente sus sospechas, es como si ese hombre tuviera oídos en todas las esquinas del Servicio Secreto... Tendré que andarme con especial cuidado"

La puerta se abrió, y el que Leon supusó que sería el señor Gudrose entró con paso decidido a la sala de interrogatorios. Y en aquel momento, nada más verle por primera vez, a Leon no le extrañó en absoluto que la gente le temiera. Vestía un traje de corte italiano, probablemente hecho a medida. Tenía el pelo perfectamente peinado hacia atrás, e irradiaba oleadas de autosuficiencia con cada uno de sus gestos. Leon le hechó alrededor de cuarenta y cinco años, pero estaba seguro de que podría patearle el culo a la mitad del servicio secreto. Era como ver el cuerpo de Barry vestido con traje. Además, la americana encuadraba perfectamente su ancha espalda, resaltándola aún más. Caminaba con lentitud, como si quisiera que cada uno de sus pasos minara la confianza de Leon. Y lo estaba consiguiendo, porque este se sentía cada vez más intimidado con aquel tipo. Con movimientos estilosos y calculados al milímitro, dejó una carpeta encima de la mesa y cruzó la habitación para sentarse en el otro extremo de la sala. Con voz pausada y grave, saludó de manera cordial a Leon:

- Buenos días, señor Kennedy, un placer conocerle. Cuando se sienta dispuesto comenzamos.

Hablaba despacio, y eso le daba un aire sereno que completaba su imagen de tipo duro. "No se puede ser más educado y más seco a la vez..." 

- Buenos días señor Gudrose, es todo un honor conocer a una leyenda del cuerpo como lo es usted. Cuando quiera, estoy listo.

- Me alaga, señor Kennedy, pero no seré menos duro con usted porque me haga la pelota.- Leon se quedó como si le hubieran dado un puñetazo en la cara, aunque acto seguido Gudrose sonrió y dijo: - Vamos, solo era una broma. Ambos sabemos que usted no ha hecho nada malo.- Y dicho esto taladró a Leon con la mirada, y consiguió hacerle sentir la necesidad de salir corriendo de la sala, aunque Leon se contuvo y forzó una sonrisa.

- Solo le robaré unos minutos de su tiempo. Veamos... - Sacó un informe de la carpeta y comenzó a leer en voz alta: - Leon Scott Kennedy... se alistó usted para el S.P.F, el cuerpo que sustituiría a los S.T.A.R.S en verano, es decir, justo en el momento de su creación. Usted vivía aquí, en Nueva York. ¿Por qué decidió trasladarse hasta Raccon City?

- Siempre quise ser policía, pero entrar en el NYPD, donde el número de efectivos era enorme, es bastante difícil. Así que cuando me enteré de que en Raccon buscaban personal para la formación de un nuevo cuerpo de élite que ayudara a las fuerzas locales decidí alistarme. Pensé que podía aprender mucho como policía allí.

- Ahá, así que lo suyo es vocacional.- Sonrió, aunque su sonrisa no es que fuera precisamente tranquilizadora para Leon. - Debía usted presentarse en Raccon el día en que comenzó la catástrofe nuclear, el 28 de septiembre del año pasado, pero sin embargo ha dicho que nunca llegó a la ciudad. ¿Puede contarme los motivos?.

- Sí, no es que sea una historia del otro mundo.- Leon procuró decir esto último con total naturalidad.- Pinché. Y los accesos a Raccon estaban desiertos, ya sabe, por la psicósis que se originó por los asesinatos de las Arklay, así que nadie pudo socorrerme.- Puso un tono irónico que esperaba que resultara convicente y añadió:- Un par de lobos hambrientos se salen de su hábitat y atacan a los excursionistas y la prensa consigue que parezca que hay algo de tenebroso en el asunto.

- Sí, - respondió Gudrose, sin quitarle ojo a Leon - Es increíble lo que se puede llegar a falsar la información.

Leon permaneció con el gesto inmóvil, aguantándole la mirada. Si se echaba atrás le daría razones de sobra para aumentar las "hostilidades".

Cuando Gudrose pareció darse por satisfecho con aquello de que Leon le sostuviera la mirada, volvió a bajar la vista al informe y preguntó:

- ¿Y que puede decirme de Claire Redfield?

Se le hizo un nudo en la garganta. De repente sintió la boca muy seca, pero se obligó a sí mismo a centrarse. No podía irse abajo ahora. 

- No la conozco pero... es la hermana del ex-star, ¿no es así?

- Así es. ¿De que conoce usted a Christopher Redfield?

- Bueno, durante días él y los demás Stars fueron noticia en todo el país por la chapuza de trabajo que hicieron en la mansión. Mataron a la mitad de su equipo por su culpa, ya que por lo visto iban hasta las cejas de droga... Gracias a esas noticias me enteré de la creación del nuevo cuerpo que les sustituiría.

- ¿Jamás ha mantenido ningún otro contacto con él?- Había cierto deje amenazador en su voz, pero muy sutil, lo suficiente como para que solo Leon se diese cuenta.

- No, nunca.

- Entiendo.- Dijo mientras volvía a perforarle con aquella mirada.- Volviendo a la señorita Redfield... ¿Qué le parece su actitud hacia Umbrella Corp, la empresa que según los Stars estaba trabajando con armas biológicas?

"Si de verdad trabaja como doble agente para Umbrella, esta es una pregunta clave. No puedo mostrarme muy a favor de Umbrella, porque resultaría sospechoso, ni por supuesto muy en contra. Tengo que darle una de cal y otra de arena."

- Razonable, señor, al menos hasta cierto punto.

Gudrose le lanzó una dura mirada:

- ¿Razonable? Por favor, explíquese.

- Verá, es lógico que la chica crea el cuento de su hermano, y más si mantenían una buena relación. El tal Christopher tiene que agarrarse a cualquier clavo ardiendo, y la única manera que tiene de justificarse es atacando a Umbrella por medio de su patético cuento. Pero su nombre está sucio ahora, por eso necesita de su hermana para operar. Supongo que las actuaciones públicas de su hermana han sido dadas porque él se lo pidió.

- Sabrá que atacó una instalación europea de Umbrella, resultando la incursión con varios trabajadores de Umbrella muertos.

"Trabajadores... Que cara tiene esta gente..."

- No, no tenía ni idea. Probablemente se pasaron de la raya con lo que sea que tomaron, porque parece que se creen su propia historia.

- Comprendo.- dijo muy seco. Al parecer Leon había conseguido parecer convincente, pues el deje amenazador había desaparecido de la voz de Gudrose.- Pues hasta aquí la entrevista, señor Kennedy, ha sido un placer. Suerte con su carrera como agente de Servicio Secreto.

Y dicho esto, se levantó y se fue hacia la salida sin ni siquiera esperar la contestación de Leon, que se quedó allí plantado tragando saliva. Le había hecho pasar un rato horrible, pero esperaba haber tenido una actuación creíble.

"Deberían darme un Oscar por esto", pensó con ironía. "Será mejor que vigile mucho mis pasos a partir de ahora. Y pensar que lo comparé con Irons..."

Capítulo 4 Perseguidos

Siento todo este periodo sin publicar, pero he estado realmente escaso de tiempo... Por favor, si os gusta, dejar comentarios. Un saludo a todos

 

Chris estaba acabando de hacer la maleta. Se llevaría la mayor parte de sus pertenencias, todas las que pudiera, ya que no estaba como para ir tirando el dinero cada vez que necesitara cambiar de escondito. Y eso, por lo visto, ocurriría muy a menudo.

Acababa de meter el último pantalón vaquero cuando su móvil empezó a vibrar.

"Este número solo lo tienen Barry y los demás. Espero que no haya pasado nada..."

Algo asustado miró a la pantalla antes de contestar y observó que llamaban desde una cabina. 

"¿De nuevo de Umbrella? No puede ser..."

Quizá habían encontrado a los demás. Quizá querían chantajearlo... "O quizá solo es alguien que se ha equivocado al marcar. Coge el maldito teléfono". Finalmente descolgó, con el corazón en un puño.

- ¿Chris? Soy yo.

Suspiró de alivio al reconocer al otro lado del teléfono la voz grave de Leon. 

- Leon, no deberías hablar conmigo. He averiguado que saben donde estamos, nos vigilan. Pillé a un tío en un callejón que quería chantajearme con dinero porque sabían donde estábamos todos nosotros, un tal...

- Harold Lahn - Leon le interrumpió, nervioso. - Ha aparecido muerto en un callejón a las afueras de la ciudad.

- ¿¡¿QUÉ?!? Leon, te juro que yo no...

- Lo sé, alguien ha aprovechado para colgarte el muerto. Le pegaron un tiro en la cabeza.

Hizo una pausa para dejar que Chris lo asimilara. Después, cogió aire y continuó:

- Tengo varias teorías, y la que despunta es que necesitaban a un tío que no estuviese en nómina para el UBCS para que en caso de que le cazaran nada le relacionase con Umbrella, sino que fuese un mercenario ocasional, así que cuando hizo el trabajo tuvieron que matarle porque sabía demasiado. Cuando le contrataron ya sabían que aceptaras o no la oferta, tendrían que matarle. Y si le noqueaste, cosa que seguro que hiciste, lo único que tuvieron que hacer fue disparar a una persona incosciente...

- Pero es imposible que tengan pruebas...

- Chris, despierta. Hablamos de Umbrella. Si pudieron hacer saltar Raccoon por los aires sin mayores consecuencias que una investigación que no llegará a ningún lado, esto no les será difícil. Un par de amenazas o sobornos y... ¡voilà! ya tenemos testigos. 

- Hijos de puta... Leon, saben donde estamos... tengo que alertar a los demás y tenemos que movernos rápido, porque como no acepté la "compensación económica" ahora estarán cabreados.

- Pues vas a tener que ser muy cuidadoso con tus pasos, porque la policía local ha asumido que cambiarás de estado y al considerarte potencialmente peligroso le ha pasado el caso a los federales. Tendrás al FBI pegado al culo en 0,5 segundos si no extremas la precaución. Están repartiendo tu foto por ahí, así que tendrás que cambiar de aspecto. Compráte unas gafas de sol y... yo que sé... déjate barba.

- ¿Barba? Ni de coña. No creo que nunca me la deje. Ya me las ingeniaré, no te preocupes.

- Oye tío, tengo que dejarte. Uno de los peces gordos del Departamento de Seguridad Nacional quiere interrogarme para saber cuanto sé sobre tí. Se ha tomado especial interés en ser él mismo el que me interrogue... teniendo en cuenta su rango, eso es algo extraño.

- ¿Crees que podría estar siendo...?

- ¿Sobornado? Es posible. Responde al perfil, el tipo parece una calcamonía de Irons. Creo que mi superior directo también se huele algo, pero no se ha atrevido a decírmelo. Quizá pueda intentar sacarle algo... En fin, lo dicho, que tengo que irme. No me llames si no es absolutamente necesario porque creo que podrían empezar a vigilarme. Ya me ocuparé de ponerme de vez en cuando en contacto con vosotros cuando crea que es seguro. Cuidaros mucho, Chris. Y... - hizo una pequeña pausa- ... saluda a Claire de mi parte cuando la veas.

Chris esbozó una sonrisa, pensando en lo joven que al fin y al cabo era Leon, y se imaginó sus mejillas rojas por la vergüenza que le habría dado mencionar a Claire. Después de todo, y a pesar de lo inteligente y maduro que era, solo tenía 21 años. - Un abrazo, y gracias por todo Leon. Cuídate tu también.

Cuando hubo colgado, Chris se quedó pensando. Lo de Leon era realmente admirable. Había nacido para ser policía. Podía soportar con total normalidad tener un "posible" jefe corrupto y meterse en el Servicio Secreto solo para recoger información sobre Umbrella.

"En fin, hay que moverse. Será mejor que me ponga en contacto con Barry y los demás..."

Capítulo 3 Están en todas partes

Aquella mañana estaba siendo especialmente pesada, y tenía la mesa llena de papeleo. Siguió tecleando lo más deprisa que podía, deseando irse a comer. La oficina del FBI echaba humo, y todo el mundo iba de acá para allá. Los telefonos no dejaban de sonar, y aquello no era algo que ayudara a concetrarse.

Un bramido sacó a Leon de debajo de su montaña de papeles.

- ¡¡¡¡KENNEDY!!!! ¡¿¡¿DÓNDE DIABLOS ESTÁ KENNEDY?!?!

Leon suspiró y levantó una mano por encima de la montaña de papeles: - Aquí, señor. 

- A mi despacho. ¡YA!

Roy, un compañero de departamento, se acercó sonriendo a Leon

- Llámalo intuición, pero creo que te llama con esa preciosa voz aterciopelada y acaramelada.- le dijo con divertida ironía

Leon rió. -Pero, por Dios ¿es siempre así?

- Nah hombre, que va... Hoy está de buen humor. Yo que tú no tardaba, novato.- Y se fue con una sonrisa de oreja a oreja.

Leon se levantó y se dirigió con la cabeza agachada al despacho de su jefe.

- Señor... ¿Se puede?

- Pasa. Y siéntate

Obedeció, sumiso. No era una mañana para andar tocando las narices.

- Iré al grano. ¿Ha oído lo de Christopher Redfield?

- Ehhh, no señor, no tengo noticias...- Leon procuró parecer desconcertado - ¿Me habla del ex-star verdad? Tenía entendido que todos los supervivientes desaparecieron del mapa tras el incidente de la mansión...

- Ya, bueno, pues ha aparecido. El tipo ha asesinado a un hombre, a un investigador de Umbrella

- ¿Cómo?- "Mierda, contrólate"

- ¿Le pasa algo, Kennedy?

- No, señor... Me ha sorprendido, eso es todo. Continue.

- Pues bien, varios testigos vieron entrar al señor Lahn a un callejón, persiguiendo al señor Redfield. Los locales encontraron el cuerpo horas más tarde, con una bala en la cabeza.- Hizo una breve pausa.- Leon... voy a ser directo.- A Leon no se le escapó que le trataba de tú.- Mi superior, el señor Gudrose, sabe que estabas destinado al S.P.F, el cuerpo que debía sustituir a los S.T.A.R.S, y que debías presentarte allí unas horas antes de la explosión de la ciudad. Dices que no llegaste a Raccoon, pero la única prueba que tuvimos es que estás vivo, y hay un lapso de tiempo en el que nadie supo nada de tí. No tiene por que haber ninguna razón para que nos mientas, ya que si de verdad pinchaste y te quedaste sin batería en el móvil cerca de las montañas Arklay es lógico que con la paranoia y el temor existentes desde lo de la mansión nadie pasara por allí para socorrerte. Y el primero que está extrañado con todo esto soy yo, pero el señor Gudrose quiere... entrevistarlo personalmente. 

- Entrevistar... bonito eufemismo. ¿Puedo saber cual es la razón de que quiera entrevistarme?

- Cree que puedes tener algo que ver con Redfield. O al menos eso me ha dicho a mí. 

- No lo entiendo... en fin, tengo montones de papeleo. ¿Puedo retirarme, señor?

- Si... una última cosa, Kennedy. Tenga cuidado con lo que diga.

Y tras esta enigmática advertencia volvió a bajar la vista hacia el informe que estaba leyendo.

 

 

Capítulo 2 No puedes esconderte...

Por favor, si os gusta, dejar comentario

 

Chris siguió caminando por el estrecho callejón, ansioso por doblar la esquina. Cuando estaba a punto de llegar, con la figura que le seguía cada vez más cerca, se echó la manó a la 9 mm que llevaba a la cintura y le quitó el seguro. Por fin, dobló la esquina y desenfundó el arma con  un gesto que procuró que fuese silencioso. Su perseguidor apareció a los pocos segundos, ya con una pistola en la mano. Se había dado cuenta de que Chris sabía que le seguían, pero demasiado tarde. Su cara fue de absoluta sorpresa cuando Chris le apuntó con su 9 mm a la sién.

- Suéltala. No te lo voy a decir dos veces.

El hombre obedeció, y con gesto de resignación dejó caer la pistola al suelo.

Chris se paró a mirar a su perseguidor. Tenía el pelo muy corto, oscuro y con aspecto de estar sucio. Sobre la barbilla y los mofletes le crecía una descuidada barba de tres días. 

Chris suspiró. Aquel tipo tenía toda la pinta de ser un mercenario. "Veamos quien eres". Le metió la mano en el bolsillo interior de la cazadora de cuero que vestía y sacó una cartera. 150 dólares y un carnet de indentidad que decía que el individuo se llamaba Harold Lahn. 

- ¿Por qué me seguías? ¿Para quién trabajas? Y no te andes con rodeos, si intuyo que me mientes no lo vas a pasar bien.

El tipo pareció reflexionar. Al cabo de unos segundos y para sorpresa de Chris, sonrió y contestó: - Te conozco. Eres Christopher Redfield, el ex-star. Bah, no me das ningún miedo. De todas formas solo tenía que entregarte un mensaje, aunque claro la situación me tenía que ser algo más... Favorable. Obviamente, trabajo para Umbrella, lumbreras. Están dispuestos a perdonar, e incluso os darán una buena suma por vuestro silencio. Pero teneis que desistir. Esta vez, solo es una advertencia. La próxima vez, no serán tan pacíficos.

Chris intentó mantener el rostro inmutable. Escogió bien sus palabras y contestó con voz fría. -¿Y cuánto creen en Umbrella que valen las vidas de los Stars que mataron? ¿Sabes? Creo que te dejaré vivir solo para que lleves un mensaje de vuelta. Que se metan el dinero por el culo. Así de simple. No tenemos miedo.

- Serás imbécil. ¿Y a quién pensais recurrir? ¡Tienen comprado a medio país! Umbrella no pasa por su mejor momento, pero sus brazos aún llegan a todas partes. Y si dais con alguien que no sea corrupto, ¿quién en su sano juicio creerá vuestra historia? Para la opinión pública sois drogadictos.

- Venga ya, Raccoon ha saltado por los aires. La gente está nerviosa. Seguro que hay muchos dispuestos a creernos. Tarde o temprano, la opinión pública tendra constancia de lo que verdaderamente pasó allí. Solo necesitamos pruebas, que por cierto, estamos reuniendo. Tengo a una multitud de gente trabajando en contra de...

- Jajajaja.- la carcajada consiguió sorprender a Chris, que se quedó callado.- ¿Una multitud de gente? No te referirás a tus patéticos Stars, ¿verdad? ¿De verdad crees que conseguís algo? Te diré algó.- Esperó, como queriendo que Chris lo interrumpiera. Al ver que este lo miraba con atención, continuó- Rebecca Chambers y Jill Valentine. Están en un apartamente en Upper West Side, cerca de Central Park. No recuerdo el número pero te aseguró que lo tenemos. Está alquilado a nombre de Jessica Flitberd.

Era como si acabasen de pegarle un tiro. "Rebecca... Jill... No puede ser verdad. Si las pasa algo, yo..."

Aún estaba asimilando la noticia cuando aquel hombre siguió hablando. - Espera, que hay más. Barry Burton y... Claire Redfield.- Paró un momento para disfrutar de la cara de horror de Chris.- Si, tu hermana, aquella zorrita con suerte que escapó de Raccoon y de Rockford. Creo que en la cúpula la tienen especial... cariño. Está en Los Ánge...- Chris le golpeó y le derribó. Acercó su cara a la de aquel tipo, intentando parecer amenazador, y dijo lo siguiente en un susurro, apretando los dientes... - Si algo... le pasa... a Claire... me da igual... cuanto tarde, o lo que me pase... te juro, que van a rodar cabezas...- No debió perder el control de esa forma, revelar lo que Claire le importaba, pero no se había podido contener.

Le dio un tremendo puñetazo, dejándolo inconsciente y descargando así todo lo que sentía. Le quitó los 150 dólares, recogió la pistola, y, muy lentamente, abandonó el callejón, dejando allí a aquel hombre.  Al fin y al cabo, no podía llevarlo a la policía, ¿de que iba a acusarle?. Y matarle no es algo que fuese a valer para mucho, pues se delataría. Al menos así tenía al menos unas horas hasta que le descubrieran, y no se había rebajado al nivel de aquellos asesinos.

El desánimo lo había invadido. Se habían sentido vivos retando a Umbrella... eran como una pequeña resistencia, luchaban en la sombra y parecía que nada podía detenerlos en su firme determinación. Y ahora... nada de lo que hicieran iba a funcionar. Todo el mundo estaba corrupto, y si Umbrella había podido destruir una ciudad sin que pasase nada, ¿que no podían hacer?. Se tenían que haber dado cuenta antes... Y entonces recordó el cuerpo de Kenneth. Y la sonrisa burlona de Wesker en Rockford.

No, Umbrella tenía que caer. Y con ella, Albert Wesker y la nueva compañía a la que se había unido.

Si dejaban de luchar, no sería porque se hubiesen rendido...

"Tengo que alertar a los demás. Al menos, no han descubierto a Leon. Pero no puedo ponerme en contacto con él, no ahora que estamos tan vigilados.

Ahora lo veo más claro, de nada sirve lamentarse. ¿Quieren jugar? Juguemos. Los Stars aún no hemos dicho nuestra última palabra.

Echó un último vistazo al mercenario inconsciente y no pudo evitar sonreir al ver que sangraba por la boca.

 

Introducción

Muy buenas a todos

Soy un fan de Resident Evil y en este espacio crearé una historia que intentará relacionar los hechos de la mansión con la caída de Umbrella en Umbrella Chronicles

Es creacción mía, es decir, esto no tiene nada que ver con Capcom y está hecho con el único propósito de entretenerme y entreteneros. Y ya sin más el primer capítulo de Resident Evil Chronicles. Espero que os guste

 

El 24 de julio aún le quemaba en el recuerdo a la figura que se erguía ante la tumba. Ya habían pasado 6 meses desde lo que en Umbrella llamaron "el incidente", pero parecía que todo hubiera pasado ayer mismo. Además, los sucesos de Rockfort Island, solo un mes atrás, habían ayudado a abrir heridas que empezaban a cicatrizar.

El aire hacía ondear la larga y oscura gabardina que vestía aquel hombre, que lentamente se inclinó sobre la tumba que tenía enfrente para dejar caer encima un ramo de flores. "Enrico Marini, fallecido el 24 de julio de 1998. Tus compañeros y amigos no te olvidan", rezaba la lápida. Por supuesto, estaba vacía.

El cuerpo, junto con las pruebas de lo que en aquella mansión había pasado, se calcinaron en la impresionante explosión final de la que se salvaron por los pelos, además del resto de cuerpos de los miembros de S.T.A.R.S. que falleceron aquella noche. Los S.T.A.R.S. supervivientes decidieron darles sepultura a todos ellos, en una especie de muestra de respeto. Por supuesto, tras el escape de virus en Raccoon y la posterior destrucción de la ciudad, la persecución se intensificó sobre los supervivientes, así que por diversos motivos las sepulturas que se levantaban en recuerdo de los caídos en combate se habían colocado cada una en un estado distinto.

Pero al pasar por delante de aquel cementerio Chris Redfield, pues así se llama la figura vestida de negro, no había podido resistirse a poner flores en la "tumba" de su antiguo compañero. Despació, y tras reflexionar unos instantes sobre Enrico, Chris se levantó y echó una última mirada a la lápida. Sabía que los demás habrían querido acompañarle si hubieran sabido que estaba allí, pero en esos momentos solo él se hallaba por los alrededores, ya que habían decidido que sería mejor separarse.

Se sacó unas gafas de sol y se las colocó, a fin de que fuese más difícil reconocer su rostro. Incluso en la policía había metido Umbrella sus tentáculos, y no le haría ninguna gracia tener que vérselas con un polícia del NYPD que no tuviese nada que ver con Umbrella.  Salió del cementerio caminando despacio, pensando ahora en cual sería su próximo movimiento. 

"Claire está ahora a salvo, con Barry. Investigan datos sobre la sede de Europa en la que capturaron a Claire." Chris sonrió. Sabía que su hermana no se quedaría quieta después de lo ocurrido en Rockford y Raccoon. Pero como no podía retenerla, la envió con Barry, con quién sabía que estaría a salvo. "Barry... dejó a su familia para venir con nosotros tras conseguir a su mujer y sus hijas una identidad falsa. Has privado a dos niñas de su padre, Umbrella. Solo es algo más que añadir a la lista de todo lo que me debeis..." 

"Leon, el policía novato que ayudó a Claire en Raccoon, se ha metido a agente especial para intentar reunir información desde dentro y descubrir a ejecutivos corruptos. Tenemos que tratar de no perderle la pista... Si descubren que está haciendo investigaciones por su cuenta, Leon podría necesitar nuestra ayuda... Y Jill y Rebecca están tratan de seguir el rastro de Albert Wesker. Wesker... resulta que está vivo y que tiene poderes. Si no lo veo no lo creo. Claro que tampoco me habría creído que unos cádaveres andantes mataran a la mitad de mi equipo..."

De todo el odio que Chris tenía acumulado, una gran parte le correspondía a Albert Wesker. Les traicionó, y además tuvo el valor de disparar a Enrico cuando este no podía defenderse. "Menuda rata..."

Siguió andando despacio, encaminándose hacia el piso que tenía alquilado a las afueras de New York bajo el nombre de Frank Rutherby. De tanto en tanto levantaba la mirada por encima del hombro. Era pura paranaoia, pero no podía evitar asegurarse de... "Un momento". Un hombre de mediana altura le seguía a una distancia prudencial. Podían ser los nervios, como de hecho solía ser, pero estaba vez tuvo una corazonada. Apretó el paso y comenzó a callejear, y el hombre aceleró también, intentando sin éxito pasar desapercibido para Chris. Ya no había duda, le estaban siguiendo...